jueves, 22 de enero de 2009

De XP a Windows 7, evitando la frustración

Muchos usuarios continúan usando Windows XP, habiendo ignorado a Windows Vista por diversas razones. Estas serían algunas buenas razones para ni siquiera intentar el «doble salto» de pasar a Windows 7 y frustrarse más todavía:

1. El ordenador debe tener un procesador suficientemente rápido, e incluso un poco por encima del mínimo recomendado, para que todo funcione suavemente: un Intel Core Duo a 1,8 GHz y 1 GB de RAM son suficientes para disfrutar del nuevo sistema.

2. Un Windows 7 sin Aero es como una comida insípida, de modo que para que la experiencia sea completa y agradable se necesita que Aero pueda funcionar. Eso implica contar con una tarjeta gráfica con 128 MB de RAM y que soporte DirectX 9 (cualquier tarjeta ATI o GeForce relativamente moderna serviría).

3. Hay que asegurarse de que las aplicaciones y drivers que se vayan a utilizar en el equipo estén actualizadas a la última versión: usar software antiguo puede perjudicar notablemente el rendimiento. Existen listas de compatibilidad para comprobar cada programa y, en cuanto a drivers los que sean compatibles con Windows Vista son suficientes a día de hoy (no se necesitan especialmente drivers para Windows 7).

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